Ang Pagpatay kay Padre Moises: Difference between revisions

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Segundo cuadro. Durante la insurrección surgió como cabecilla de una de las partidas levantadas en armas, un tal Torres, de Malolos, el cual, al concertarse la pacificación Primo de Rivera, cometió la primada de someterse, es de presumir que suficientemente socorrido, quedándose de reyezuelo de Malolos. Los decretos de indulto publicados con motivo de la paz devolvieron al pueblo á los deportados de Mindanao y allí no había Capitanía Municipal, ni Juez, ni Rey, ni Roque, ni más voluntad que la del tal Torres y comparsa, con mucho ¡viva España! eh la boca, pero con mucho veneno en el pensamiento. El Cura, que esto veía, cumplió sus deberes de español á macha-martillo, informando reservadamente de ello al General Primo de Rivera; y  
Segundo cuadro. Durante la insurrección surgió como cabecilla de una de las partidas levantadas en armas, un tal Torres, de Malolos, el cual, al concertarse la pacificación Primo de Rivera, cometió la primada de someterse, es de presumir que suficientemente socorrido, quedándose de reyezuelo de Malolos. Los decretos de indulto publicados con motivo de la paz devolvieron al pueblo á los deportados de Mindanao y allí no había Capitanía Municipal, ni Juez, ni Rey, ni Roque, ni más voluntad que la del tal Torres y comparsa, con mucho ¡viva España! eh la boca, pero con mucho veneno en el pensamiento. El Cura, que esto veía, cumplió sus deberes de español á macha-martillo, informando reservadamente de ello al General Primo de Rivera; y  


Tercer cuadro. Al anochecer del 31 de Marzo último, en ocasión en que el Padre Moisés, confiado é inerme, se dirigió hacia la estación del ferrocarril de Barasoain para esperar á otros curas que trataban de despedirle, por haber sido designado para ejercer un cargo en Manila, tres desalmados que le salieron al encuentro en un lugar bosquejoso del camino le asestaron ocho tremendas puñaladas de las que falleció una hora después. ¿Los asesinos? Hasta ahora permanecen en el misterio; lo que no es misterio para nadie es que buscados inmediatamente en Malolos y en Barasoain el Torres y los deportados, dio la casualidad de que ninguno de ellos se encontraba en el pueblo.</small> || Example
Tercer cuadro. Al anochecer del 31 de Marzo último, en ocasión en que el Padre Moisés, confiado é inerme, se dirigió hacia la estación del ferrocarril de Barasoain para esperar á otros curas que trataban de despedirle, por haber sido designado para ejercer un cargo en Manila, tres desalmados que le salieron al encuentro en un lugar bosquejoso del camino le asestaron ocho tremendas puñaladas de las que falleció una hora después. ¿Los asesinos? Hasta ahora permanecen en el misterio; lo que no es misterio para nadie es que buscados inmediatamente en Malolos y en Barasoain el Torres y los deportados, dio la casualidad de que ninguno de ellos se encontraba en el pueblo.</small> || **The Assassins of Malolos.**
 
**First Scene.** In the year 1895, following the victory of Marahuit, and as it was necessary to give more importance to this event than it deserved, Te Deum was ordered to be celebrated in all the towns of the Archipelago. In Malolos, the Municipal Tribunal was composed of Masons and filibusters, naturally distant from the parish church and the convent. The Parish Priest, Rev. Fr. Moisés Santos, a good soul incapable of harming a fly and who had rendered many benefits to Malolos, desiring to avoid any dissension and even any reason for it, proposed to the civil Governor of the province that the Te Deum not be celebrated. However, the Governor insisted, and both agreed to celebrate it on a different day than the one designated for the celebration in the capital. This was done so that, by presenting himself in Malolos, he would lead the principales (local leaders), and thus, the prominent figures would be tacitly obligated to attend. Empty words! On the appointed day for the Te Deum, the Governor remained peacefully in Bulacán, and the Parish Priest carried out the ceremony with no attendees other than the sacristan and the altar boys. General Blanco sent Mr. Sein Echaluce, the current Secretary of the general Government, to Malolos; he compiled a government file, and the entire principality of Malolos was deported to Mindanao.
 
**Second Scene.** During the insurgency, a certain Torres from Malolos emerged as the leader of one of the armed groups. When the pacification under Primo de Rivera was agreed upon, he committed the audacity to submit, presumably having received sufficient support, and remained as a sort of petty king of Malolos. The amnesty decrees published in connection with the peace returned the deportees from Mindanao to the town. There was no Municipal Captaincy, Judge, King, Roque, or more will than that of Torres and his associates, who loudly shouted "Long live Spain!" with venomous thoughts in their minds. The Parish Priest, seeing this, dutifully fulfilled his obligations as a Spaniard, secretly reporting it to General Primo de Rivera.
 
**Third Scene.** On the evening of March 31 last, at a time when Father Moisés, confident and defenseless, headed towards the Barasoain railway station to bid farewell to other priests who were trying to see him off, as he had been appointed to a position in Manila, three heartless individuals encountered him in a wooded area of the road and inflicted eight tremendous stab wounds on him. He succumbed to his injuries an hour later. As for the assassins, they remain a mystery until now. What is not a mystery to anyone is that when immediately sought in Malolos and Barasoain, Torres and the deportees, it happened that none of them were found in the town.
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